31.1.07

Rompimiento

Es cierto. Las dimensiones escénicas se extraviaron. El hombre mismo está en un no-estado. Lejos, demasiado del éxtasis. Poco falta para que hombres y mujeres de todas las edades se les considere poetas. Es que quizá las tradiciones tetrales se desdoblaron por calles, habitaciones, receptores de todo tipo. El ser humano se encuentra en cada situación ante una experiencia de representación, somera.
La representación hoy mismo se le atribuye al mero acto exterior, y a minusculos pasos del ontologismo. Creemos en las cosas casí casí seres, seres casi cosas. Nos reconocemos por un suspiro a un banquete de lodos y mierda. Adios a la metafisica.
Nos falta dogma, nos falta credo, fe. Fe escénica, fe en la Ley. Nos faltamos a nosostros mismos.